La flor por excelencia ha sido un ícono representativo y simbólico, la variedad de tipos existentes enriquece su significado, cuando eliges un diseño, está pensado para llevarlo plasmado en tu piel toda la vida. Por este motivo elegir el tatuaje puede convertirse en una tarea ardua, donde lo primordial a tomar en cuenta son tus sentimientos, lo que quieras compartir a través de tu piel.
Para la elección del tipo de flor que debes llevar, predomina tu personalidad, estilo, cultura y forma de vida, depende de ti realizar un estudio de cada clase, para no tomarlo a la ligera y tener los resultados deseados, tan importante como la experiencia obligatoria que debe tener el tatuador que decidas contratar para la ejecución del mismo.
Cada flor es única y hermosa, siendo absolutamente todas delicadas llenas de misticidad y romanticismo, donde sus líneas, aromas y colores, las hacen particulares, con significados especiales, ideales para los amantes de la primavera.
Entre ellas destacan aparte de la emblemática rosa, el lirio, una pequeña y delicada flor que inspira ternura, la orquídea, una flor muy peculiar por su forma pero extremadamente bella, la hortensia, llamativa por sus marcados colores, la flor de cerezo, que demuestra lo divino de la naturaleza, muy adorada en Japón, el jazmín amarillo, es otra especie con aroma, belleza y un gran tamaño.
Solo por nombrar algunas especies, que merecen ser tomadas en cuenta, cuando queremos tener por siempre en nuestra piel, esta creación de la naturaleza, donde las mismas no son símbolos vacíos, si no que cada una tiene un significado profundo, en temas relacionados con la cultura de cada región, expresando agradecimiento, amor, alegría, vitalidad, fuerza, pasión, pureza, y pueden ir acompañadas de infinitos detalles en cualquier parte de nuestro cuerpo.